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Monday, February 11, 2019

El Problem de la Comunicacion y Sus Relaciones con el Lenguaje :: Spanish Essays

El Problem de la Comunicacion y Sus Relaciones goldbrick el LenguajeLa palabrael hablaes la casa del ser. En su morada habita el hombre. Los pensantes y los poetas son los vigilantes de esta morada.Carta sobre el humanismo M. Heidegger (1)Las palabras son de to disk operating system Eugenio Montale (2)RESUMEN Advirtase que no es caprichosa la eleccin de los acpites que guiarn el presente trabajo. Ambos, expresan un sentido de verdad respecto de sus propias disciplinas la filosofa y la poesa, materias singularmente destacadas por M. Heidegger en cuanto a la custodia del instrumento ms valioso en poder el hombre. Instrumento, herramienta, morada, condensados en la palabra humana que, a su vez, es propiedad de todos segn Montale. La brevedad de las pginas que seguirn intentarn enforcar los problemas de la comunicacin desde el lenguaje, la filosofa y la literatura, no slo como hilo manager para desarrollar el tema, sino como tributo que se rinde a quienes pasaron su vida inmersos en ta les problemas, dedicados a resolverlos y a ahorrar al resto de la humanidad las consecuencias ntimas y externas de ese debatirse.Paul Valery nos advirti que dos abismos no cesan de amenazar al hombre el orden y el desorden. En la prolongada lucha por alcanzar un digno medio entre ambas catstrofes, la comunicacincomo vehculo universal de intercambio entre los habitantes de nuestro planeta juega un papel de fundamental importancia la de poner la casa en orden, por lo menos relativo, para que esa morada sea habitada, Vivida, con decoro. Lamentablemente, prolongados perodos histricos, se caracterizan por ignorar la sabia advertencia de Heidegger en cuanto a los custodios del habla (poetas y pensadores) quienes no slo son ignorados sino sencilla y fatalmente barridos de la faz de la tierra o silenciados de modo drstico para que la comunicacin humana no adquiera sino una bablica confusin proclive a envolver en ella a los hombres y sus conductas.Ordenar la morada heideggeriana sin descuida r su calidez, sin abandonar una tica que partiendo de la palabra misma se contine en los actos, implica un ciclpeo trabajo que deber asumirse hasta el fin de los tiempos, pues el hombre finito aspira a la infinitud de cierta perfeccin diacrnica.Si el hombre mora en el habla y las palabras son de todos, ello requerir no una seleccin, no una plyade de pensadores y poetas, sino toda una humanidad capaz de superar sus propios peligros y de comunicarse en cdigos limpios y fcilmente interpretables.

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